En 1942, cuando las computadoras eran humanas y las mujeres estaban aún más infravaloradas, un equipo de especialistas en matemáticas fue contratado para formar parte de una investigación secreta destinada al ejército de Estados Unidos. Hablamos de las Top Secret Rosies, las programadoras de la Segunda Guerra Mundial.
Hoy vamos a contarte su historia y a explicar cuáles fueron sus contribuciones al mundo actual de la programación y los ordenadores.
Mujeres programadoras de la historia: Top Secret Rosies
¿Os acordáis del artículo en el que os hablábamos de Ada Lovelace, la primera programadora de la historia? Bueno, pues tras los pasos de esta pionera ha habido, aunque pocas o no reconocidas, más mujeres programadoras.
Entre este grupo de olvidadas se encuentran las Top Secret Rosies, un grupo de mujeres que, de forma parecida a las protagonistas del libro y la película Hidden Figures, hicieron grandes contribuciones a la programación y la tecnología durante el siglo XX.
En el caso de las Rosies, hay que situarse en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, concretamente en el año 1942. Tras el golpe que supuso el bombardeo perpetrado por Japón en Pearl Harbor, el ejército estadounidense reclutó a mujeres con estudios en matemáticas que pudieran realizar cálculos complejos y elaborar análisis de balística.
Seis de estas mujeres fueron las encargadas de programar el ENIAC, una de las primeras computadoras de propósito general. Se construyó en la Universidad de Pensilvania y ocupaba nada más y nada menos que 167 m2. Este grupo de programadoras estaba formado por Jean Bartik, Ruth Teitelbaum, Marlyn Meltzer, Betty Holberton, Frances Spence y Kathleen Antonelli.
Su tarea de conectar cables dio como fruto combinaciones de programación que permitieron optimizar el ENIAC para conseguir mayor rapidez y precisión en los cálculos. Gracias a sus habilidades en lógica y cálculos matemáticos, estas mujeres sentaron las bases de la programación moderna y crearon las primeras aplicaciones informáticas.
A pesar de todo, su gran labor no obtuvo el reconocimiento que se merecía hasta 1997, año en el que por fin pasaron a formar parte del Women in Technology International Hall of Fame.
Programación web: código, no género
La falta sistemática e histórica de reconocimiento de los logros científicos llevados a cabo por mujeres sigue sin sorprendernos. Ya en pleno siglo XXI, existe una falta considerable de presencia de la mujer en el sector TIC. Los estudios estadísticos apuntan a que la organización doméstica tradicional y la falta de oportunidades de conciliación suponen dos motivos de peso que explican, en parte, por qué hay pocas mujeres en activo en las ramas científico-tecnológicas.
También se aducen argumentos como que no reciben suficiente apoyo ni ánimo para que se lancen a formarse en perfiles técnicos y, por eso, hay menos mujeres cursando estudios de ciencias. Sea lo que sea, los porcentajes hablan por sí solos y la falta de programadoras en el sector TIC es un hecho, y uno que sería muy positivo remediar.
El perfil necesario para dedicarse a la programación web requiere habilidades tales como la comunicación interpersonal, altos niveles de empatía, pensamiento creativo o capacidad de resolución. Ninguna de estas cualidades tiene género, por lo que cualquier persona puede aprender a programar.
En HACK A BOSS creemos firmemente que el futuro del sector TIC no es masculino ni femenino, sino humano. Nuestra razón de ser es formar a los profesionales que liderarán el cambio. Así que, si quieres ser parte del desarrollo tecnológico de hoy y de mañana, nuestro bootcamp de programación es una apuesta segura. ¿Aceptas el reto?