Desde que Stanley Kubrick nos deleitara con ‘2001: Una odisea del espacio’ (1968), los seres humanos que no nos dedicamos al desarrollo de inteligencias artificiales hemos arqueado una ceja cada vez que un nuevo avance tecnológico auguraba cambios en el mercado laboral. Al fin y al cabo, ¿qué fue de los molineros, toneleros o carboneros que ejercían profesiones esenciales hace un siglo?
Su desaparición no fue sino la inexorable consecuencia del avance de los tiempos. Un progreso tecnológico que no acabará mientras exista alguien decidido a emprender la senda del descubrimiento. Ahora, una empresa llamada OpenAI ha hecho retumbar los cimientos de internet con sus herramientas de inteligencia artificial.
Open AI: los padres de Dall-E y ChatGPT
En diciembre de 2015 nacía una empresa, OpenAI, cuya misión era promover y desarrollar tecnologías de inteligencia artificial en beneficio del conjunto de la humanidad. Esta declaración de intenciones ha dado como frutos diferentes herramientas de IA, siendo dos de las más conocidas Dall-E y ChatGPT.
La primera, cuya versión original fue lanzada a comienzos de 2021, permite a sus usuarios generar imágenes a partir de descripciones textuales. A pesar de que Dall-E tuvo un impacto positivo entre la comunidad, no fue hasta el lanzamiento de su segunda y más sofisticada versión en septiembre de 2022, Dall-E 2, cuando se generó un intenso debate sobre si era lícito emplear imágenes generadas por esta IA (entrenada siguiendo patrones de obras ya existentes) sin que ello reportara un beneficio directo a los artistas humanos.
En cuanto a ChatGPT, es muy probable que hayas oído hablar de la herramienta que ha revolucionado las redes sociales en los últimos tiempos. Y es que la joya de la corona de la compañía OpenAI es un procesador de texto cuyas respuestas se generan de manera orgánica con la ayuda de una base de datos de tamaño inconcebible y que puede generar todo tipo de textos con tonos y enfoques diversos. Desde un plan de dieta para la semana, incluyendo qué ingredientes comprar, hasta una carta de motivación para un empleo, pasando por listados de ideas para todo tipo de proyectos e incluso generación de código con diferentes lenguajes de programación.

¿Reemplazará una IA a los programadores?
ChatGPT puede crear todo tipo de textos, aunque todavía no ofrece resultados equiparables a los de un auténtico humano profesional en tareas periodísticas, de creación de contenidos o en la creación de novelas o textos de ficción, por ejemplo. Sin embargo, cuando se trata de código y lenguajes de programación, podría pensarse que la ausencia de emociones o elementos subjetivos en la obra podría hacer posible que ChatGPT produjese resultados perfectos. Nada más lejos de la realidad.
Rob Zazueta, experto independiente en consultoría técnica en San Francisco (EE.UU.), aseguró recientemente en una entrevista en TechTarget que sentía “una extraña mezcla de angustia existencial y emoción” al respecto de las posibilidades de ChatGPT. A pesar de reconocer el potencial del invento, Zazueta subrayó que actualmente la tecnología no puede sustituir por completo la labor de un programador.
“Esto es así porque la labor de un programador va mucho más allá de simplemente escribir código. Se necesita mucha habilidad para estructurar un programa, hacer que ejecute una determinada lógica y crear algo que sea mayor que la suma de sus partes”, explica el experto. Asimismo, Zazueta asegura que lo que sí está en disposición de permitir la tecnología ahora mismo es reducir la carga de trabajo insustancial que realizan millones de programadores diariamente, algo que permitiría que los profesionales humanos pudieran “centrarse en tareas más importantes”.
¿Cómo puede la IA ayudar a un programador?
Lejos de abrazar los augurios apocalípticos que pululan por la red, los expertos ven a ChatGPT como una oportunidad más que como un enemigo. Y es que la herramienta de OpenAI podría modificar la manera de trabajar para multitud de profesionales, descargándolos de tareas repetitivas y regalándoles un tiempo precioso que pudieran dedicar a cosas más complejas y relevantes que mejoraran la calidad del código y, por lo tanto, del producto final.
- Automatizar la revisión de código y su optimización: gracias a la inteligencia artificial y al Machine Learning, los programadores pueden implementar parámetros que eviten a un ser humano diferentes tareas repetitivas, como las pruebas de regresión y rendimiento.
- Ahorrar tiempo buscando bugs: herramientas de IA como ChatGPT pueden encontrar bugs tanto en líneas de código creadas por un ser humano como las creadas por la propia inteligencia artificial. Además, no solo marca los errores, sino que ofrece una explicación sobre por qué es un error. Esto puede ahorrar una ingente cantidad de tiempo a los profesionales, que en ocasiones dedican largas jornadas a localizar y arreglar errores de código entre miles de líneas de código.
- Mejorar la seguridad del código: a través del análisis automatizado del código pueden hallarse vulnerabilidades en éste en relación a bases de datos de agujeros de seguridad conocidos.
- Mejorar el diseño de una aplicación: la inteligencia artificial puede proporcionar a un desarrollador datos sobre la usabilidad de un programa, así como los pros y contras sobre la arquitectura de su código.
- Incrementar la productividad: a través de la recomendación de métodos y parámetros adaptados a diferentes lenguajes, la inteligencia artificial podría evitar que un desarrollador cometiera errores de sintaxis durante la escritura del código.
- Mejorar la experiencia del usuario: las interfaces de usuario adaptables al uso que cada uno haga de una aplicación podrían convertirse en realidad gracias a la implementación de contenido variable, lo que reduciría el porcentaje de personas que deja de usar un producto.
Estudia programación y sé el ‘jefe’ de ChatGPT
Volviendo a la pregunta inicial, si acabará la IA con los programadores, afortunadamente la respuesta es no. La tecnología actual, a pesar de su versatilidad, no está exenta de errores y de carencias que solo un humano puede ejecutar. Por ejemplo, la adecuada interpretación de los requisitos de un determinado proyecto, los problemas que un determinado software busca (y debe) resolver o, simplemente, determinar cuáles son las prioridades en las que es conveniente trabajar dentro de un proyecto complejo.
Lo que sí cambiará de manera progresiva la inteligencia artificial, a medio y largo plazo, es el rol de los programadores. En el futuro, una de las labores de los expertos en código será la de saber darle las órdenes concretas a la herramienta de IA que utilice para obtener así un bruto de código con el que comenzar a trabajar, o simplemente para detectar errores en el código escrito manualmente. Saber comunicarse con una IA será una habilidad tan demandada como conocer el lenguaje de programación más popular del momento.
Si estabas dudando sobre la proyección de futuro del empleo en programación, debes saber que a pesar de la irrupción de nuevas tecnologías en inteligencia artificial, nunca ha existido un mejor momento para estudiar programación web. Como verás en la imagen que te mostramos a continuación, hasta la IA de DALL-E 2 muestra a humanos realizando labores de programación en el siglo XXII.

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