Hace aproximadamente un año, a los 28 años, Juan descubrió su verdadera vocación: el mundo de la programación. Renunció a su trabajo como ingeniero de desarrollo mecánico y realizó el Bootcamp de Programación Web de HACK A BOSS.
Actualmente, enfrenta el mayor reto de su vida profesional reconvirtiéndose de ingeniero industrial a programador en la compañía Softtek. Asegura estar “entusiasmado y lleno de ganas”, y no es para menos. Nos recibe con una sonrisa y un texto en su ropa que es toda una declaración de intenciones: “Life is so cool” [La vida es genial].
¿Qué te motivó a estudiar programación?
Respuesta: En ingeniería se supone que creas cosas, que ingenias. Encontré trabajo pero no me acababa de llenar. Durante la pandemia, comencé a hacer macros de Excel, y al final eso es programación. Me di cuenta de que la parte ‘de pensar, ingeniar y crear’ de la ingeniería se parecía mucho a eso. Trabajando para empresas pequeñas, un ingeniero está limitado por el presupuesto y otros factores externos, y no puedes desarrollar tu lado creativo. Con la programación, la limitación eres tú mismo. Si haces un buen programa, va a funcionar. La programación no tiene límites, y eso es algo que me atrajo especialmente. Yo soy un poco soñador y ambicioso, me gusta pensar a lo grande. El ver que no hay barreras, que puedes llegar a donde quieras, fue quizá lo que más me empujó a cambiar de sector.
¿Cuál es el principal desafío que encaraste al tratar de reconvertir tu carrera? ¿Te costó tomar la decisión?
R: Lo importante a la hora de cambiar de sector es no hacerlo a ciegas. De lo contrario puedes acabar en una situación en la que has invertido un esfuerzo que no te da la recompensa que esperabas. En mi caso al salir de trabajar en mi empleo de ingeniero, me apetecía dedicar un par de horas a aprender a programar en casa. Un día pensé, ‘bueno, si me gusta hacer esto en mi tiempo libre, y encima me podrían pagar más de lo que estoy ganando, puede ser buena idea hacerlo en serio y dar el salto'. No es que odiara mi trabajo, pero vi claro el cambio.
¿Conocías el formato bootcamp? ¿Por qué optaste por este tipo de formación?
R: Empecé a estudiar Java por mi cuenta. Al final, debido a trabajar, la vida personal, etc, se hacía muy tedioso. Tenía muy claro que quería cambiar al mundo de la programación, pero no estaba avanzando al ritmo que quería. Cada día que pasaba como ingeniero sentía que era un día que estaba en un lugar donde no quería estar. Decidí dejarlo todo para hacer el bootcamp ‘a muerte’. Para mí era muy importante que el formato fuese presencial. Vi el temario de HACK A BOSS y una persona que había estudiado con vosotros me dijo que había estado muy a gusto, y así me decidí. La experiencia con los compañeros y los profesores fue muy buena. Considero que fue una buena decisión.
Eso sí, conocí a gente que creía que iba a ser tan fácil como llegar y aprender sin esfuerzo. Hay que trabajar y tomárselo en serio. Tienes que esforzarte para que tu cabeza sea capaz de analizar y solucionar un problema. Al final todo se basa en un puñado de cosas (bucles, poner ‘if’, funciones de la biblioteca…), pero no tienes que preocuparte de ser el tipo más técnico del mundo. Tienes que preocuparte de saber dividir un gran problema en problemas más pequeños, para solucionarlos poco a poco siguiendo una estructura y línea concretas.
¿Qué te atrajo de la metodología de HACK A BOSS?
R: Algo negativo que tiene ser autodidacta, como era yo antes de hacer el bootcamp, es que en internet existe mucha, mucha información. Cuando no sabes de algo, tienes que trabajar varias veces: encontrar la información, ver cuál es útil y cuál no, y aprenderla. Cuando llegas al bootcamp, las dos primeras fases te las ahorras. En el bootcamp, el nivel de esfuerzo es superior que cuando eres autodidacta, pero la cantidad de horas que echas son mucho más productivas. No pierdes el tiempo en buscar información que no es precisa. Esto te ahorra tiempo, y puedes invertir ese tiempo en trabajar.

¿Qué habilidades o herramientas has aprendido en HACK A BOSS para afrontar situaciones reales como programador?
R: Lo que noto mucho en mi trabajo es que tienes que aprender a sacarte las castañas del fuego, tanto para aspectos internos como externos de un proyecto. Si siempre dependes de que los demás te solucionen los problemas, no vas a llegar a ninguna parte. En mi opinión, el ‘Learning by Doing’ que aplica HACK A BOSS sí que te ayudará a trabajar en tu día a día cuando encuentres empleo en el sector. Poniendo al ajedrez como ejemplo, puedes jugar todas tus partidas con un maestro al lado, y ganarás a todo el mundo, pero no aprenderás absolutamente nada de ajedrez. Del mismo modo, si el profesor siempre te resuelve los problemas, no aprenderás nada.
Por eso el enfoque práctico del bootcamp fue tan importante. De hecho, en mi proyecto en Sofftek somos cuatro personas que pasamos por HACK A BOSS, en diferentes ediciones del bootcamp. Hasta donde yo sé, todo el mundo en Sofftek está contento con nosotros. Eso indica que nuestra formación ha estado bien enfocada.
¿Aprovechaste el servicio de Boost Academy para desarrollar otro tipo de habilidades blandas?
R: Fui a talleres de la Boost Academy. Hay tantas tecnologías y conceptos nuevos de los que se hablan en esta formación que en mi caso opté por dedicarle más tiempo a los que más me llamaron la atención. El formato es algo así como un ‘rompehielos’ de consejos profesionales y es lo que tiene que ser para el tiempo en el que se imparte. Teniendo en cuenta que es complicado adaptar los consejos a cada alumno porque cada cual tiene una experiencia diferente, lo consideré una buena experiencia porque te mantiene conectado con la formación. A mí me ayudó.
¿En qué has estado trabajando desde que finalizaste el bootcamp con HACK A BOSS?
R: Gran parte de mi trabajo es solucionar bugs. Los bugs son errores, cosas que están mal y no deberían estar mal. Hay algo que aparentemente está bien, pero tienes que pararte a analizarlo detenidamente, comprobarlo y darte cuenta que de las 150 cosas que van bien, una no va bien. Si no eres crítico y tienes capacidad analítica, vas a tener problemas. No hay que dar las cosas por sentadas, hay que ir más allá y preguntarse los porqués.
¿Cómo esperas desarrollar tu carrera a medio y largo plazo en el mundo de la programación?
R: Al Juan del futuro, en unos años, lo veo feliz, espero. Soy una persona inquieta, curiosa. En mi vida laboral busco no quedarme estancado en un trabajo monótono. En ese sentido, la programación tiene ventajas porque en el mundo del IT hay un montón de perfiles diferentes: programadores puros, directores de proyecto, perfiles más cercanos a clientes, investigadores de nuevas tecnologías… Un montón de campos abiertos. En este sector hay muchas posibilidades de cambiar de proyecto. Mi jefe ahora dirige un equipo, pero antes era programador. En mi caso, espero que mi cabeza haga ‘click’ en algún momento y diga ‘este es mi sitio’. Quizá en el futuro aceptaría un rol que me produjese más estrés, pero solo durante un tiempo. Este trabajo te permite evolucionar profesionalmente a la vez que maduras como persona.
No tengo metas concretas ahora mismo, pero digamos que mi ilusión es no quedarme estancado, encerrado, en un trabajo que no me llena. Con el estado actual del sector, estos deseos personales creo que estarán alienados con los laborales.
En cuanto a las condiciones laborales, ¿cuáles son los beneficios que has encontrado en el sector de la programación? ¿Un mayor salario medio, el teletrabajo, la flexibilidad…?
R: Yo por contrato estoy en una situación híbrida, con teletrabajo y oficina. Me dan mucha flexibilidad para hacer descansos, quedarme en casa cuando lo considere, irme un poco antes si lo necesito… Son cosas con las que se nota la diferencia. Se busca que estemos lo más a gusto posible. En este sentido no hay color. Se tienen unas condiciones de vida muy buenas, aunque he de decir que no es un trabajo que te vaya a gustar si no consideras atractivo el planteamiento de base: encontrar problemas y tratar de solucionarlos. Si te gusta, este sector te va a proporcionar una mejora de las condiciones laborales que es difícil de encontrar en el resto de profesiones.
En el sector hay una atmósfera en la que se huele que somos perfiles muy demandados. Me contactaron recientemente en LinkedIn para ofrecerme otro empleo, pero lo rechacé porque estoy a gusto donde estoy. Si pones “programador” en LinkedIn hay cientos de ofertas, y de “ingeniero”, que es un sector con una buena empleabilidad, igual hay diez veces menos. Un programador puede ‘tensar la cuerda’ a la hora de pedir beneficios, cosa que quizá en otros sectores sus profesionales no se puede. Se tiene la sensación de que tienes la sartén por el mango.
¿Crees que hay edad para aprender a programar?
R: Yo siempre digo que la inercia puede ser muy buena o muy mala. Si eres una persona de 60 años súper activa, a la que le gusta hacer actividades, aprender, etc… Estoy seguro de que si lo pones a aprender a programar, y le atrae, aprenderá a programar. El problema son las rutinas, y acomodarse a esa inercia. Romper las dinámicas cuesta, pero creo que puede aprender a programar igual de bien una persona de 50 años, un niño de 10 o un chico de 20.
Si tienes las ganas suficientes de cambiar tu dinámica, si quieres romper tu zona de confort, al final con esfuerzo vas a aprender a programar. Si es por necesidad, le vas a poner muchas ganas porque lo necesitas; y si no es por necesidad, sino por motivación, que es quizá la situación ideal, vas a aprender. Si simplemente llegas al sector persiguiendo el pensamiento de que en este sector se vive bien, y nada más, te va a costar mucho. Hay que ser consciente y asumir el esfuerzo que te va a llevar. Al final, entrarás a trabajar con ganas, y lo harás muy bien. Eso sí, tienes que asumir que vas a aprender desde el principio, que vas a empezar desde abajo. Si eras jefe de algo, da igual. Tienes que ser consecuente entre lo que quieres y lo que estás dispuesto a aceptar.
¿Qué recomiendas a alguien que esté pensando en comenzar a aprender programación? ¿Les animarías a seguir tus pasos?
R: Le recomendaría que le pusiese ganas y se dejara el ego en otra parte. Quizá crees que estás encarando un problema de la mejor manera, pero si no eres humilde, puede que en realidad no solo no lo estés analizando bien, sino que lo estés haciendo mal. La programación es, además, un ejercicio de paciencia muy bueno para combatir la frustración. Igual estás varias horas ante un problema y no consigues avanzar. Estas sentado en una silla, y no avanzas nada. Y te preguntas, ‘¿qué pasa aquí?’ (ríe). Hasta que algo en tu cabeza hace 'click' y encuentras la solución.